Rifugio Re Carlo Alberto
Mi voluntariado comenzó en octubre de 2019, y acabó en marzo de 2020. Decidí
llevar a cabo esta experiencia en una residencia para personas mayores con Alzheimer u otros tipos de demencia de un pequeño pueblo de Italia, Luserna San Giovani. Una localidad situada en un valle montañoso del Piamonte, rodeado de lugares con mucho encanto.
La residencia no está en el pueblo como tal, sino a 30 minutos andando, situada
en una colina. Es un lugar grande y bonito en medio de la naturaleza.
Mis tareas como voluntaria consistían principalmente en realizar las tareas del
tiempo libre con las/os residentes: salir del centro a pasear, ver películas, cocinar, salir al jardín, asistir al culto, bajar al pueblo, celebrar cumpleaños o leer, entre otras. Así mismo, también participaba en los momentos del desayuno y la comida, ayudando a las/os auxiliares en su labor o asistiendo a las/os residentes que no podían comer por sí mismas/os. Si tuviese que elegir lo mejor de la experiencia sería el hecho de que no era la única voluntaria. Éramos un grupo de seis voluntarias/os con muy buena relación por lo que, además de trabajar, también pasábamos juntas/os nuestro tiempo libre, organizando salidas, haciendo deporte, viajando por Italia… Antes de llegar allí no había tenido mucho contacto con personas mayores, y menos enfermas; eso fue lo que principalmente me motivó a ir, el conocer algo nuevo.
Aunque estaba un poco nerviosa al llegar allí y conocer a las/os residentes se te pasa y te acabas encariñando de ellas/os. La mayoría son personas dulces y buenas que disfrutan mucho al estar contigo y, cuando te vas, las/os echas mucho de menos.
Patricia Gallego Cano (Espana, voluntariado en Italia 2019-2020)